Si estás pensando en comprar una estufa de leña para contribuir con el cuidado del medio ambiente y de paso reducir tu factura de la luz y del gas ante las ingentes subidas que están experimentando, te recomendamos leer atentamente este artículo hasta el final.
Las estufas y chimeneas modernas utilizan el combustible de forma mucho más eficiente y limpia que nunca antes, por lo que son una de las mejores inversiones a realizar en el hogar. Sin embargo, debido a las mejoras tecnológicas y al avance en los diseños, los últimos modelos son también más complejos. Por eso es importante tener claro cómo funcionan y qué tipos de estufas hay, además de conocer términos técnicos utilizados por vendedores y fabricantes. Antes que nada, conviene que nos hagamos dos preguntas básicas:
¿Cómo voy a usarla?
Si la finalidad de tu estufa de leña es estrictamente utilitaria, porque piensas situarla el sótano o en alguna habitación en la que no pasas mucho tiempo, el precio y el rendimiento serán factores prioritarios en tu decisión. Pero si quieres que sea un punto central del espacio familiar, te recomendamos que priorices aspectos estéticos como el color, detalles decorativos o grandes puertas para visión del fuego.
¿Cuál es mi presupuesto?
No olvides tener en cuenta los costes a medio y largo plazo: las estufas pequeñas y sencillas, fabricadas con materiales baratos, cuestan menos en un principio. Otros modelos pueden tener un precio más alto, pero durarán mucho más y consumirán mucha menos leña. Una vez tengas claro estos dos puntos, toca valorar los siguientes aspectos:
Necesidades de calefacción
Si la estufa de leña será la única fuente de calor de tu casa, necesitarás un modelo potente y fiable. Si, por el contrario, la idea es que sea una fuente de calor secundaria, pensada para hacer tu casa más acogedora en las noches de invierno, entonces quizá te conviene un modelo más pequeño, para una sola habitación. Conviene también tener en cuenta a la hora de determinar tus necesidades de calefacción, factores como:
- El área climática donde vives, ya que no es lo mismo calentar 150 m2 en la montaña que en el clima templado de la costa.
- La exposición de la casa al viento.
- El hecho de que haya otras fuentes de calor en la casa.
- El número y tamaño de las ventanas de la casa.
- La antigüedad de la construcción.
- El nivel de aislamiento de su vivienda (muy importante): en general, las nuevas edificaciones tienen un mayor aislamiento que las más antiguas.
- Valora el tamaño del lugar que deseas calentar: no necesitas la misma estufa para la esquina de un apartamento que para un gran salón de techos altos.
Desde el punto de vista las necesidades de calefacción, existen varias fórmulas para hacer un cálculo aproximado de la potencia calorífica que se necesita para calentar cada estancia de nuestra vivienda según la zona climática de la vivienda y el nivel de aislamiento de la misma que te puede ayudar como referencia.
La importancia del rendimiento en las estufas de leña
El factor que más afecta a la potencia de calor útil de una estufa de leña es su grado de rendimiento. Si la estufa es un modelo antiguo, o un modelo nuevo de pobre diseño o gama más baja, es posible que muchos de los KW generados dentro de la cámara de combustión no estén en realidad calentando tu casa.
El rendimiento es el porcentaje de calor generado por la estufa que pasa a la vivienda, en oposición al que escapa por la chimenea. Los fabricantes deben proporcionar el grado de rendimiento, expresado como un porcentaje, de cada estufa que producen.
Por muy bonitas que sean, ten en cuenta que una chimenea abierta tiene un rendimiento del 0-10%. Eso significa que del 90% al 100% del calor se escapa al exterior por el tiro. En comparación, una estufa de gama alta tiene un rendimiento óptimo de un 70-80%. Comprueba el rendimiento de la estufa que estás considerando comprar, o pregunta a tu vendedor si tienes dudas. Si ya cuentas con una chimenea y quieres conseguir un alto rendimiento, te recomendamos un compacto insertable. Un compacto es, básicamente, una estufa sin patas que se coloca dentro del hueco de la chimenea de obra, con el que obtendrás mucho más calor con mucha menos leña. Otra opción es colocar una estufa dentro o enfrente del hueco de la chimenea, con el tubo saliendo por la chimenea existente.
Los materiales marcan la diferencia
Las estufas de leña domésticas se fabrican combinando diferentes materiales, pero normalmente enfatizan uno de estos tres componentes principales:
- Chapa de acero: en general, es la opción más barata, dado que los costes de materiales y fabricación son más bajos. Con este material, se produce rápidamente un calor intenso, pero también se enfría igual de rápido al apagarlo.
- Hierro fundido: permite una gran variedad de estilos y formas, y con terminaciones en pintura especial de alta temperatura o esmaltadas en diferentes colores. Además, calientan de forma radiante y uniforme y se enfrían más despacio que las de acero.
- Roca de jabón o esteatita: una roca metamórfica con millones de años, que tiene la capacidad de puede soportar y absorber cómodamente el fuego y los cambios bruscos de temperatura.
Cada una de ellas tiene una apariencia diferente, diferentes propiedades y diferentes beneficios. Los materiales utilizados afectan el coste de la estufa, su estética y la calidad del calor.
Como tenemos nuestra propia fundición, en Hergóm somos especialistas en estufas de leña de hierro fundido porque, además de ofrecer un calor agradable y duradero, permite un gran detalle decorativo para adaptarnos a todo tipo de gustos.
Por último, recuerda consultar con tu vendedor de referencia los costes TOTALES, pues el precio indicado en la etiqueta no es el precio final. Una estufa implica costes asociados de envío, instalación y mantenimiento. Como en muchas otras compras importantes, deberás valorar si te interesa economizar al principio, o bien maximizar su ahorro a medio y largo plazo.